Empresas priorizan diálogo con “stakeholders” para la responsabilidad social
Los stakerholders abarcan una amplia gama de actores: dueños empresariales, inversionistas, comunidades y reguladores.
En un contexto empresarial en constante transformación, la elaboración de informes de sostenibilidad se ha convertido en una herramienta de gestión en alza, utilizada por las grandes empresas para rendir cuentas sobre su Responsabilidad Social Empresarial (RSE). En este proceso, los stakeholders, o grupos de interés, desempeñan un papel fundamental al abarcar una amplia gama de actores, desde dueños e inversionistas hasta comunidades locales y reguladores.
Para abordar esta compleja red de stakeholders, las empresas comienzan por realizar un mapeo detallado que les permite identificar y clasificar a estos actores. Esto abre el camino para establecer canales de comunicación y diálogo efectivos con cada uno de ellos, aprovechando sus perspectivas como insumos valiosos para la toma de decisiones en materia de RSE y sostenibilidad.
La clasificación de los stakeholders se basa en criterios variados, como su relación con la empresa, relevancia para el negocio, poder de influencia, legitimidad y urgencia de sus expectativas. Esto permite a las empresas priorizar y gestionar de manera estructurada a estos grupos, incluso cuando sus intereses difieren o requieren una atención especial.
En cuanto a los mecanismos de diálogo, las empresas pueden utilizar los recursos ya disponibles en diferentes áreas del negocio. Por ejemplo, para comunicarse con los colaboradores, las áreas de Recursos Humanos pueden utilizar encuestas de satisfacción, eventos, reuniones y medios de comunicación internos. Es esencial definir el alcance y enfoque de estos diálogos en temas de RSE para evitar expectativas poco realistas.
Una vez se tiene claro cuáles temas son más relevantes para los stakeholders prioritarios y en qué áreas la empresa tiene un mayor impacto, riesgos significativos u oportunidades estratégicas, se pueden incorporar estos temas en los procesos de planificación, ejecución, medición y mejora.
La comunicación continua y la retroalimentación con los stakeholders son esenciales durante y después de la implementación de programas de RSE, sirviendo como base para futuros compromisos y mejoras en la empresa.