EE. UU. busca prohibir tecnología china y rusa en vehículos eléctricos
De acuerdo con la administración, esta medida busca proteger la privacidad de los conductores y evitar riesgos de seguridad nacional al restringir el uso de tecnología china y rusa.
El Departamento de Comercio de Estados Unidos ha anunciado una propuesta que busca prohibir el uso de software y hardware provenientes de China y Rusia en vehículos conectados que operen en el país.
Esta medida, que podría afectar la circulación de vehículos de origen chino y ruso, surge de las preocupaciones del gobierno de Biden sobre la posibilidad de que estos países recopilen datos sobre los conductores estadounidenses o tomen control remoto de los automóviles. La secretaria de Comercio, Gina Raimondo, ha subrayado la urgencia de abordar estos riesgos a la seguridad nacional.
La nueva normativa, de ser aprobada, permitirá a las empresas solicitar excepciones si demuestran que implementan medidas de mitigación adecuadas, como auditorías en sus plantas de producción. La prohibición del software se aplicaría a partir de 2027, mientras que las restricciones al hardware se harían efectivas en 2029. Esta acción es parte de una serie de medidas adoptadas por la administración Biden para contrarrestar el crecimiento de las marcas automotrices chinas en el mercado estadounidense, que incluye un incremento del 100% en los aranceles a la importación de coches eléctricos de China.
Raimondo ha enfatizado los serios riesgos que representa el software y hardware chino para los vehículos conectados, indicando que un mal manejo de estos sistemas podría derivar en consecuencias desastrosas. En febrero, el presidente Biden ordenó una investigación sobre los peligros que presentan las importaciones chinas, destacando que su administración no permitirá la inundación del mercado estadounidense con vehículos que puedan comprometer la seguridad nacional.
El Departamento de Comercio también ha tomado en cuenta las preocupaciones de un grupo bipartidista de legisladores sobre la recopilación de datos confidenciales por empresas chinas durante las pruebas de vehículos autónomos en territorio estadounidense. La propuesta de prohibición se extiende, además, a otros adversarios internacionales, incluyendo a Rusia, en un contexto de creciente tensión geopolítica.