“Loud quitting” una tendencia que está afectando a las empresas
Los trabajadores descontentos desafían a la empresa y causan daño tanto a la organización como a sí mismos.
En los últimos veinte años, han surgido tendencias laborales poco favorecedoras para las empresas. Todas tienen como base la renuncia, de una u otra manera de los empleados, pero no de manera correcta. Se conoce ya la llamada "renuncia silenciosa", y el "ghosting" laboral. Recientemente, se ha manifestado la tendencia del "renuncia ruidosa" o "loud quitting", donde los trabajadores descontentos desafían a la empresa y causan daño tanto a la organización como a sí mismos.
Según un informe de Gallup titulado "Estado del Mercado Laboral Mundial", el 18% de los empleados a nivel global se encuentra actualmente inmerso en un proceso de "abandono ruidoso". Esta tendencia tiene su origen en la ruptura del contrato psicológico entre empleados y trabajadores, un acuerdo tácito que define la relación laboral. Cuando estas expectativas no se cumplen, la frustración puede convertirse en un acto de rebeldía laboral.
El fenómeno del "abandono ruidoso" se origina en una profunda falta de confianza entre empleados y trabajadores. A nivel global, diversas partes del mundo laboral contribuyen a esta tendencia. En algunos países hispanohablantes, la actividad sindical y las regulaciones laborales pueden fomentar conflictos extremos.
Además, las condiciones abusivas en el trabajo y el estrés derivado de la pandemia del COVID-19 también han contribuido a esta actitud. El cambio generacional también influye en esta tendencia. La Generación Z busca establecer límites claros entre su vida personal y laboral, y solo realizar tareas por las que se les paga.
Las consecuencias del "renuncia ruidosa" son evidentes. Aunque el 59% de los empleados practican la "renuncia silenciosa" y dejan de ser funcionales a propósito para la empresa, sólo el 23% está verdaderamente comprometido con su trabajo. Las empresas pueden tomar medidas preventivas, como capacitar a líderes para gestionar a diferentes generaciones, conectar los propósitos individuales con los de la organización y fomentar una comunicación transparente. Establecer metas claras, reconocer logros y crear un ambiente comprometido pueden contrarrestar el impacto de esta tendencia en los procesos laborales.