Empleados prefieren beneficios de salud mental a un aumento de sueldo del 10%
Un reciente informó reveló que casi la mitad de los empleados valoran más los beneficios de bienestar mental.
En un reciente estudio, se reveló que casi la mitad de los empleados preferiría beneficios que apoyen su salud mental sobre un aumento salarial del 10%. Este cambio en las preferencias subraya una evolución significativa en las preocupaciones laborales contemporáneas, donde el bienestar emocional y psicológico ahora rivaliza con las consideraciones monetarias tradicionales.
El informe People Risk 2024 de Mercer Marsh Beneficios indica que el deterioro de la salud mental y las deficiencias en los esquemas de compensación se han erigido como los principales riesgos para las empresas. Este panorama refleja una expansión en las amenazas laborales, abordando preocupaciones que anteriormente no recibían tanta atención.
Según los hallazgos, las organizaciones enfrentan la necesidad urgente de redefinir el bienestar en el trabajo, equiparando la importancia de la salud mental y emocional con la seguridad física en sus agendas de gestión de riesgos. Este reconocimiento es crucial dado el aumento preocupante de problemas como el agotamiento y los conflictos internos.
En América Latina, la preocupación por el deterioro de la salud mental encabeza la lista de desafíos laborales, destacada por ejecutivos de Recursos Humanos y gestión de riesgos. Este enfoque responde a una fuerza laboral agotada y afectada por altas cargas de trabajo, lo cual demanda una atención prioritaria en la gestión del talento corporativo.
El informe también subraya que la toma de decisiones inadecuadas respecto a beneficios y compensaciones puede tener consecuencias catastróficas para las empresas, reflejando una falta de alineación entre las expectativas de los empleados y las ofertas de valor existentes.
La necesidad de apoyar activamente la salud mental de los empleados se presenta como una oportunidad estratégica para los empleadores. Este enfoque no solo fortalece la resiliencia organizacional frente a riesgos emergentes, sino que también fomenta un entorno laboral más sostenible y productivo en el largo plazo.