Trabajo remoto o presencial, el conflicto del siglo XXI
El trabajo presencial sigue siendo la norma predominante en el mundo corporativo, pero las Pymes luchan por mantener su compromiso con el trabajo remoto.
Las corporaciones tecnológicas de renombre han desencadenado una feroz contienda contra el trabajo remoto, imponiendo un regreso obligatorio a las oficinas que ha provocado considerables desacuerdos internos. Por el contrario, los ejecutivos de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) mantienen su compromiso con el trabajo a distancia.
Las startups continúan apostando fuertemente por el trabajo a distancia y vislumbran un crecimiento significativo en los próximos años al liberar a las nuevas empresas de la necesidad de contar con espacios de oficina fija. Esto aumentará la presión sobre las compañías que deben asumir los costos adicionales de las instalaciones físicas en sus balances financieros.
La presencialidad laboral sigue siendo la norma predominante en el mundo corporativo. La vuelta a la normalidad ha marcado el retorno a la oficina, ya sea un tiempo completo con 40 horas semanales o a través de modelos de trabajo híbrido con uno o dos días de trabajo remoto por semana.
De acuerdo con datos recopilados en la Encuesta sobre Incertidumbre Empresarial, realizada en colaboración entre el Banco de la Reserva Federal de Atlanta y las universidades de Chicago y Stanford, el 72.6% de las empresas planea que sus empleados trabajen a tiempo completo en la oficina para 2028. Solo el 11,2% optaría por el teletrabajo a tiempo completo, mientras que el 16,2% restante estaría dispuesto a adoptar un enfoque híbrido.
Las pymes y las empresas emergentes siguen respaldando el teletrabajo, especialmente aquellas surgidas durante la pandemia, que han desarrollado su estructura en torno al trabajo remoto. Estas compañías ya han implementado las herramientas y procesos necesarios para prosperar en un entorno de teletrabajo, lo que les permite continuar por este camino sin considerar un cambio hacia un modelo presencial debido a los costos adicionales asociados con la adquisición de espacios físicos para oficinas.
El trabajo a distancia se ha convertido en un recurso estratégico para las pymes, que están aprovechando esta tendencia para atraer el talento que sale de las grandes corporaciones, insatisfecho con sus políticas de regreso a la oficina, que en ocasiones se perciben como autoritarias. Expertos interpretan esta actitud como un intento de recuperar el control sobre los empleados a través de un esquema de "mando y control", llevando a algunos a adoptar posturas extremas.