Corte de suministros de gas ruso por Ucrania impacta a Europa
La interrupción del tránsito de gas ruso por Ucrania desde el 1 de enero de 2025 afecta a países europeos dependientes y podría incrementar los precios energéticos.
El 1 de enero de 2025, Ucrania decidió no renovar el contrato de tránsito de gas con Gazprom, interrumpiendo el suministro de gas ruso a Europa a través de su territorio. Esta medida ha puesto fin a una ruta histórica de abastecimiento energético que, incluso durante los años de conflicto, había permanecido activa.
¿Cómo afectará a Europa?
La interrupción afecta principalmente a países como Eslovaquia y Hungría, altamente dependientes del gas ruso. El primer ministro eslovaco, Robert Fico, advirtió sobre "severas consecuencias" económicas para la Unión Europea, incluyendo un incremento en los precios del gas y costos adicionales estimados entre 40.000 y 50.000 millones de euros anuales. En regiones como Transnistria, en Moldavia, la población ha experimentado cortes en la calefacción y el suministro de agua caliente debido a la falta de gas. Las autoridades locales han instalado a los residentes a buscar métodos alternativos para mantenerse calientes, como el uso de estufas eléctricas.
A nivel económico, el cese del tránsito de gas a través de Ucrania implica pérdidas significativas: Ucrania de percibir aproximadamente 800 millones de dólares anuales en tarifas de tránsito, mientras que Gazprom perderá alrededor de 5.000 millones de dólares en ventas de gas. Aunque la Unión Europea ha reducido su dependencia del gas ruso en los últimos años, esta interrupción podría generar aumentos en los precios de la energía y obligar a los países afectados a buscar alternativas más costosas.
La decisión de Ucrania de no renovar el contrato de tránsito de gas con Rusia marca un punto de inflexión en la dinámica energética europea. Aunque la UE ha avanzado en la diversificación de sus fuentes de energía, la interrupción del suministro ruso a través de Ucrania presenta desafíos significativos, especialmente para los países más dependientes, que deberán adaptarse rápidamente para garantizar su seguridad energética.