El futuro del peso mexicano en el contexto de la reforma judicial
El peso mexicano se deprecia debido a la incertidumbre por la reforma judicial en el Senado, con posibles fluctuaciones entre 19.50 y 20.50 pesos por dólar, según expertos.
El peso mexicano comenzó la semana con una nota positiva, pero pronto se vio afectado por la incertidumbre generada por la discusión de la reforma judicial en el Senado. Este martes, la moneda nacional cayó por debajo de la barrera de las 20 unidades por dólar, cotizando a 20.0573, lo que representa una pérdida del 0.89% en comparación con el día anterior. La depreciación se ha intensificado debido al nerviosismo en los mercados financieros ante la inminente votación sobre esta reforma.
Los analistas prevén que la moneda mexicana fluctúe entre los 19.50 y 20.50 pesos por dólar durante la semana. Este rango de previsión se debe a la incertidumbre en torno a la reforma, que incluye propuestas controversiales como la elección popular de jueces. La reforma ha generado preocupación sobre un posible aumento en el riesgo país, lo cual podría prolongar la debilidad del peso.
En el contexto actual, la atención también se centra en el debate presidencial en Estados Unidos entre Kamala Harris y Donald Trump, así como en datos económicos clave de ese país, que podrían influir en la dirección del tipo de cambio. El comportamiento del yen japonés y las decisiones de política monetaria en economías avanzadas también serán factores por considerar.
Si la reforma es rechazada, algunos expertos sugieren que el peso podría recuperar parte de su valor perdido, posiblemente regresando a niveles inferiores a los 19 pesos por dólar. Sin embargo, si la reforma es aprobada, la presión sobre el peso podría intensificarse, con proyecciones que sitúan el tipo de cambio en hasta 21 pesos por dólar en el corto plazo.
La volatilidad del peso mexicano seguirá dependiendo de los desarrollos en el Senado y en el entorno económico global. La reforma judicial y sus implicaciones para el país serán determinantes clave para la estabilidad futura de la moneda mexicana, mientras los inversionistas permanecen atentos a los próximos movimientos políticos y económicos tanto a nivel nacional como internacional.