Huelga en puertos de EE. UU. podría beneficiar a México

La reciente huelga de los estibadores en los puertos de la Costa Este y del Golfo de Estados Unidos ha generado grandes repercusiones en el comercio marítimo internacional, afectando especialmente las relaciones comerciales con China.

Este conflicto, que involucra a 85,000 trabajadores, es la primera huelga en la región desde 1977 y podría prolongarse debido a la falta de un nuevo acuerdo entre la Asociación Internacional de Estibadores (ILA) y los trabajadores, cuyo contrato expiró el pasado 30 de septiembre. .

El impacto inmediato de esta huelga afecta al 60% de los contenedores de importación y exportación en los puertos del Este, de acuerdo con estadísticas de 2022. La mayoría de estos productos incluyen artículos esenciales para la industria minorista y fabricante, lo que interrumpe gravemente las cadenas de suministro de EE.UU. y sus socios comerciales. En este contexto, las rutas comerciales con China, uno de los principales socios, son las más afectadas, ya que gran parte de las mercancías entre países ambos transitan por el Canal de Panamá.

Aunque los importadores y exportadores de EE.UU. tienen la opción de recurrir a la ruta del puente terrestre que atraviesa el país, este método es considerablemente más caro y no es viable para mercancías de bajo valor en relación con su peso. Al mismo tiempo, las alternativas en Canadá, como el puerto de Montreal, también enfrentan conflictos laborales, lo que limita aún más las opciones de las empresas para sortear las interrupciones causadas por la huelga.

Ante esta situación, el análisis del Congreso sugiere que México podría presentarse como una alternativa estratégica para las empresas estadounidenses que buscan rutas de exportación e importación más estables. Los puertos mexicanos y las conexiones ferroviarias con Texas podrían ofrecer una solución viable, especialmente para industrias que dependen de envíos frecuentes, como la agrícola y la fabricante.

La huelga en los puertos del Este de EE.UU. no solo afecta el comercio nacional, sino también las relaciones comerciales internacionales, particularmente con China. México se perfila como una posible alternativa logística, mientras que las industrias dependientes de los puertos estadounidenses observan con preocupación la evolución del conflicto laboral.