Rusia despliega su poder agrícola como arma estratégica contra Ucrania

Rusia se prepara para cosechar trigo en niveles históricamente altos por segundo año consecutivo, utilizando esta abundancia como una táctica para debilitar a Ucrania y expandir su influencia a nivel mundial.

A pesar de las afirmaciones de Moscú sobre las sanciones occidentales que supuestamente estrangulan sus exportaciones de alimentos, la cuota de Rusia en el mercado mundial de trigo ha experimentado un aumento drástico desde la invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022. Se espera que sus exportaciones alcanzan 47,2 millones de toneladas métricas en la temporada actual, representando el 22,5 % del mercado global, superando significativamente el 16 % que mantenía hace dos años.

Las acciones y palabras de Moscú apuntan a despojar a Ucrania de su estatus como uno de los principales exportadores de trigo del mundo, lo que afectaría su economía y su capacidad bélica. La retirada de Rusia del acuerdo de cereales en el mar Negro ha intensificado los ataques militares contra las instalaciones de exportación ucranianas, dañando infraestructuras clave y silos de grano.

Esta estrategia rusa va más allá de una guerra económica. Los expertos sugieren que la "ayuda gratuita" anunciada por Putin tiene la intención de cultivar alianzas con naciones en desarrollo, especialmente en África, mientras busca desunir a la Unión Europea. A pesar de las exportaciones récord, los precios del trigo están disminuyendo, planteando desafíos económicos y geopolíticos para Rusia en medio de la creciente tensión en la región.

La utilización estratégica del trigo por parte de Rusia como poder geopolítico revela una compleja trama de tácticas económicas y militares. Mientras busca socavar a Ucrania y consolidar su influencia mundial, Moscú se enfrenta a desafíos económicos debido a la caída de los precios del trigo y la competencia en los mercados internacionales.